miércoles, 16 de diciembre de 2020

Libros de E.E. Rodriguez Díaz. Archivo y casa Piñán

 https://uhu.academia.edu/ElenaERodr%C3%ADguezD%C3%ADaz

(2015) E.E.Rodríguez Díaz, Notas y cuadernos de notas de los Piñán, escribanos públicos de Sayambre (1659-1721), Universidad de Oviedo, Academia de la Llingua Asturiana.

Published 2015
85 Views
Libro de 292 páginas, en el que se reconstruye el método de trabajo de una escribanía pública rural del siglo XVII y principios del XVIII. Se efectúa también un estudio paleográfico y diplomático de los "manuales" o cuadernos de notas y minutas sueltas conservadas, en el contexto de una práctica que se consideró extinta a partir del reinado de los Reyes Católicos hasta hace muy poco tiempo. Este caso es el más tardío conocido hasta el momento en el ámbito territorial de la Corona de Castilla. Se editan 5 cuadernos de notas y 87 notas sueltas, que tienen interés lingüístico para el estudio de la lengua asturleonesa. El volumen se cierra con los índices toponímico, antroponímico y de materias. En el índice toponímico se identifican los topónimos y se proporcionan todas las variantes lingüísticas documentadas de cada nombre de lugar desde la Edad Media hasta la actualidad.



(2016) E.E.Rodríguez Díaz, Prácticas de escritura de un párroco leonés del siglo XVII. El Libro de Difuntos de Domingo Piñán, Qalat Chábir AC, Sevilla.

Published 2016
114 Views156 Pages
Libro de 155 páginas, que contiene un estudio de las prácticas de escritura de un párroco rural leonés del siglo XVII en el Concejo de Sajambre, a través de los testimonios gráficos conservados: su correspondencia personal, los documentos escriturados como notario apostólico, los documentos relativos a la gestión de su …read more



Boletín de Humanidades y Ciencias Sociales del Real Instituto de Estudios Asturianos, 2019
Segunda parte del catálogo de documentos relativos al concejo de Amieva y sus gentes conservados en el archivo privado de la Casa Piñán (Oseja de Sajambre, León), en este caso del siglo XVIII. Contiene también un estudio prosopográfico de los miembros amievenses que formaron parte de dos linajes sajambriegos de dicha época, así como de algunos aspectos más relacionados con los documentos catalogados.

Casa Piñán. UN HÓRREO SAJAMBRIEGO DEL AÑO 1663.

 martes, 24 de marzo de 2009

UN HÓRREO SAJAMBRIEGO DEL AÑO 1663.

Uno de los hórreos más antiguos no sólo del concejo, sino de toda la comarca y uno de los hórreos datados más antiguos de España, se levantaba intacto en Sajambre hasta hace no mucho tiempo, y todavía hoy se contemplan sus pegoyos.

1. Se trata del hórreo (panera) de la Casa de los Piñán en Oseja documentado desde el año 1626. En otro documento del 14 de abril de 1663, Pedro Piñán vende a su hermano Gonzalo, “el medio órrio nuevo de quatro aguadas que está a la parte de afuera de la cassa y cercado del dicho Gonzalo Piñán, mi hermano, con todos sus antoxanos”, que lindaba “con órrio de Pedro de Vega y María Piñán, su muger, y con el camino real y con el cercado de la casa del dicho Gonzalo Piñán” (Archivo Piñán, Gonzalo Piñán de Cueto Luengo 1663-04-14).

2. Pese a la expresión “órrio nuevo” otros documentos nos dicen que ya existía en 1626, 1636 o 1652, por lo que el epíteto debía hacer referencia al hórreo más reciente (o nuevo) de los que existían en la antigua Casa Piñán, que eran dos. Sus “quatro aguadas” están describiendo la cubierta -casi con seguridad a teja- de esta panera (llamada hórreo en Sajambre) que llegó intacta hasta finales del siglo XX.

3. El documento dice además que se hallaba “afuera de la cassa y cercado”, junto a la corralada, como así fue en efecto hasta que se construyó la carretera nacional que cruza la localidad, momento en el que se trasladó al interior del corral.

4. En el año 1798, el primogénito y titular del mayorazgo (Alejandro Piñán II) poseía como bienes vinculados “la casa de morada”, el hórreo, la corralada y la huerta de atrás, situado todo “en este barrio de Caldevilla” (Archivo Piñán, Francisco de Mendoza 1798-03-10).

Casa Piñán. Arco restaurado

 viernes, 7 de agosto de 2009

ARCO RESTAURADO

El arco que da entrada a la Casa Palacio de los Piñán en Oseja de Sajambre ha sido finalmente reconstruido gracias al empeño de Tito Piñán. Creo que debemos agradecérselo porque además de otorgar personalidad a la casa y a la céntrica plaza de Oseja, esta construcción es por su datación (principios del siglo XVII) lo más antiguo que conserva la localidad.

EL BARRIO DE CALDEVILLA (8): el edificio principal de la Casa Piñán de Oseja de Sajambre.

 domingo, 25 de abril de 2010

EL BARRIO DE CALDEVILLA (8): el edificio principal de la Casa Piñán de Oseja de Sajambre.

Casa Piñán de Oseja de Sajambre (siglo XVII). Fachada lateral que miraba al Camino Real o Calle del Caldevilla.


Ventana abocinada con derrame hacia el exterior situada en la planta baja de la casa palacio de los Piñán.

La Casa Piñán es un bloque macizo de planta rectangular y marcada horizontalidad estructurado en dos pisos con sótano y desván y cubierto con teja a cuatro aguas. El aspecto rústico del edificio viene impuesto por los materiales constructivos empleados: mampostería para los muros, sillares y sillarejo para los huecos y esquinales, y madera para el entramado interno. Pero estos materiales son los mismos que se utilizaron desde la Edad Media en todos los edificios nobles de la zona: mampostería y sillarejo tiene la iglesia de San Pedro de Orzales, La Torre, la propia Capilla de Santo Domingo a decir de los documentos, y de mampostería, sillar y sillarejo están hechas todas las iglesias y los edificios civiles más antiguos de los cercanos concejos asturianos(1). Por tanto, es la tradición lo que se impone en este aspecto.

Contribuye también a su apariencia rústica la austeridad en la ornamentación, pero esto no es nada extraño en casonas y palacios rurales de la Cordillera en los siglos XVI y XVII. Propio de la época era también la escasez de vanos abiertos en la planta baja o la presencia en ella de pequeños y estrechos huecos, como las ventanas abocinadas de la Casa Piñán. La función de estas saeteras era la de protegerse del frío y no la de servir de elementos defensivos. Las ventanas defensivas presentaban un derrame hacia el interior y no hacia el exterior, como sucede en las de la Casa Piñán (Foto 2).

Es en el piso superior en donde se abren los huecos de mayor tamaño que son siempre ventanas adinteladas (Foto 1), formadas por sillares y sillarejos con una leve moldura voladiza. Sin embargo, en el interior de la casa estas ventanas cuadradas están rematadas en arco escarzano con poyos laterales que aprovechan el grosor de los muros. Son las “ventanas de asiento” que describía el documento del 1726. Volveremos a ellas dentro de un momento.

La puerta principal, para una sola hoja, es también arquitrabada, cuyo dintel presenta en sus extremos dos molduras de carácter culto como ornamentación. De todas formas, me faltan datos para poder describir con exactitud las características de la fachada; espero poder hacerlo en otra ocasión. Para la puerta monumental de entrada al corral se eligió el arco de medio punto de tradición clásica y para la entrada principal al edificio se prefirió la forma adintelada, más moderna, que empieza a difundirse en esta parte de España a partir de finales del siglo XVI. Así, mientras que las puertas adinteladas irán utilizándose cada vez con más frecuencia, las puertas en arco no desaparecerán completamente de la arquitectura tradicional hasta finales del siglo XVIII(2).

Una diferencia fundamental con respecto a las restantes viviendas sajambriegas es que el portal de la Casa Piñán no divide la morada de hombres y animales, sino que la casa principal, a la que se accede por un pórtico cubierto, se reserva exclusivamente para la habitación humana. En la planta baja existen varias estancias, una de ellas la cocina. El documento de 1722 habla de las cozinas alta y baja, de manera que si no existieron ambas desde un principio, quizás la alta (de humo) fuera la más antigua y la baja se añadiera en algún momento posterior al segundo tercio del siglo XVII. Sea como fuere, la cocina de la planta baja ya existía en el mes de noviembre del año 1722 y nada impide que no se siguiera utilizando la del piso alto para ahumar los productos de la matanza, por ejemplo.

Mientras que el suelo del corral está empedrado, la solería del portal está enlosada, otro rasgo de riqueza bien distinto a la realidad de las antiguas casas locales. Una escalera situada a la izquierda del portal facilita el acceso al piso superior que se compone de una gran sala o salón rodeado de varias estancias.

Esta gran sala del piso alto era un lugar vividero, como lo indica el mobiliario antiguo y ciertas características arquitectónicas. Vayamos por partes. Como hemos dicho, las ventanas adinteladas al exterior se cobijan bajo arcos escarzanos en el interior, debajo de los cuales existen dos poyos de piedra que se sirven del grosor de los muros. Estas ventanas de asiento eran un elemento distintivo de las casas señoriales y de las residencias palaciegas de los siglos XVI y XVII, que servían simplemente para contemplar la calle y en este caso, además, la entrada y salida de la iglesia. Su presencia en edificaciones del norte de España suele ser posterior a los siglos XIV y XV, lo que constituye otra fecha de referencia para la datación de otros edificios del lugar en los que también existieron ventanas de asiento. A fin de aclarar algunas “leyendas urbanas”, digamos que difícilmente podía ser éste un aspecto propio de una construcción defensiva cuando acompañaba a una ventana que abría un hueco en el muro haciéndolo más vulnerable. No, en estos casos, se trataba tan sólo de un lujo característico de una casa señorial.


-----------------------
NOTAS
(1) Inventario de la arquitectura asturiana: J. Gil y S. Álvarez, “Zona sur oriental: Peñamellera Baja, Peñamellera Alta, Cabrales, Onís, Cangas de Onís, Amieva, Ponga, Parres”, Liño 4 (1983), así lo ponen de manifiesto las autoras de este estudio en la p.841.

(2) Recuérdese esta fecha como referente para empezar a datar algunas de las casas más antiguas que conservan los pueblos del valle.

CASAS DE HIDALGOS EN SAJAMBRE

 martes, 8 de diciembre de 2015

CASAS DE HIDALGOS EN SAJAMBRE


Durante el Antiguo Régimen, la mayor parte de la población del valle de Sajambre (un 74% en el siglo XVII) perteneció al estamento nobiliario, aunque en el escalafón más bajo de la nobleza: el de los hidalgos. Ninguno ellos tuvo título nobiliario y la mayor parte trabajaron para ganarse la vida, a causa de su bajo nivel económico y de la escasa productividad de la tierra.  Todos los hidalgos y una parte de los pecheros eran propietarios de los bienes raíces que trabajaban. Sin embargo, las propiedades solían ser pocas, de baja calidad y de exigua extensión, debido al minifundio imperante en la zona y a la mala calidad de los suelos. Únicamente, los que acumularon una mayor riqueza patrimonial pudieron tener algunas rentas. Todos los demás (la mayoría) trabajaban con sus propias manos. 

Los hidalgos de mejor posición en la comunidad vivían en casas que destacaban en el caserío por su tamaño y por algunas características de construcción que servían como elementos distintivos de ostentación de su estatus. Vamos a hacer un recorrido por lo que vamos sabiendo sobre las casas de hidalgos en el Sajambre de los siglos XVI, XVII y XVIII.   

1. PALACIOS 


CASA PIÑÁN DE OSEJA 

El único palacio que existió en Sajambre fue la Casa Piñán. Bajo la designación y categoría de palacio aparece en los documentos oficiales de la época. Por ejemplo, en una tasación que se efectúa por orden de la  Real Chancillería de Valladolid. En ella leemos:  ...más tassa el dicho Facundo, maestro de carpintería, vigas principales, puertas, ventanas de la dicha cassa palacio, suelos, desbanes... Y más dos órrios, uno dentro y otro fuera pegado a dicha cassa palacio, con sus tejas... La cita completa puede leerse en mi monografía de 2015 (1).

Este palacio rural fue construido ex novo entre 1626 y 1639 sobre un conjunto de tierras que el cura de Oseja y Soto, y comisario de la Inquisición, Domingo Piñán de Cueto Luengo, fue comprando a diferentes propietarios sajambriegos.  Pongamos un ejemplo. A causa de una disputa familiar, nos enteramos que la madre de Gonzalo Piñán, sobrino del anterior, había accedido a compensar a María de Felipe con una propiedad cuando el Comisario Piñán trató de haçer la casa que hizo en el lugar de Oseja, en el término que está dicha casa tenía María de Phelipe una tierra y no se la quiso dar hasta que yo le di una tierra que mi padre me dio... Otros propietarios de tierras en el lugar en el que hoy se levanta la Casa Piñán se llamaron Pedro Díaz de Caldevilla, Alonso Redondo o  Sancho Díaz (2).

Es decir, no existió ninguna construcción previa en el lugar en el que se levantó la Casa Piñán (que está muy bien documentada en el archivo familiar), sino solamente las tierras de la ería de Palacio que, en aquellos tiempos, llegaban hasta dicho emplazamiento. De hecho, en el año 1662, las tierras del Palacio todavía ocupaban el lugar en el que  hoy está la farmacia de Oseja (3).

En la primera mitad del siglo XVII, cuando Domingo Piñán llega a Oseja, el sitio donde se construyó la casa de los Piñán de Cueto Luengo se conocía como El Cuérano de Palacio. "Cuérano" es una palabra del asturleonés oriental, muy utilizada en Cabrales y en Liébana, que puede significar dos cosas: o lugar resguardado, o parcelado con fincas de distintos propietarios (4). En este caso, ambos sentidos coinciden, sobre todo el segundo.

En consecuencia, el origen de la Casa Piñán está sobradamente documentado, de manera que no ha lugar a especulación alguna. Las fuentes conservadas demuestran la inexactitud de quien afirmó, sin ningún fundamento científico, que dicha casa había sido un monasterio medieval. Sabemos, incluso, que los vecinos de Oseja ayudaron al acarreto de los materiales durante su construcción, según costumbre de la tierra, que todo lo cuentan casi al detalle los documentos conservados. 

El carácter de palacio de la Casa Piñán se completaba con la capilla señorial de Santo Domingo que servía de panteón familiar y que, como gráficamente describen las fuentes, mandó construir el propio Domingo Piñán "al mismo tiempo y con la misma manufactura" que su casa. Esta capilla se levantaba frente al palacio, al lado de la antigua iglesia de Santa María de Oseja, pero fuera de su estructura. Es decir, no fue una capilla interior de la iglesia, sino un edificio independiente, que poseía en su interior un altar con un retablo de madera de nogal y varias tumbas de piedra labrada. Todo está documentado.  

El palacio rural de los Piñán es de fábrica rústica, con muros de mampostería, pero tiene una serie de características que lo distinguen del resto del humilde caserío no solo de Oseja, sino de todo el valle. En primer lugar, su tamaño. Todavía en la actualidad, 400 años después, la casa de vivienda, de planta rectangular, es una de las más grandes del concejo.

A ello hay que sumar la corralada, rodeada por un muro que, en su origen, estaba totalmente cerrada al exterior. Es decir, todo el conjunto residencial y anexos agropecuarios estaban rodeados por un muro alto que impedía a los habitantes de Oseja ver el interior. A dicha corralada se accedía por una puerta formada por un gran arco de medio punto, capaz de permitir la entrada de carros y carruajes.  Como solía ser habitual en estos casos, el interior de dicha corralada estaba (y está) empedrado. En un lateral de la portalada se abría una pequeña ventana abocinada, con derrame externo, rematada también en arco de medio punto, que permitía a los habitantes de la casa observar el exterior sin ser vistos.  

El arco redondo o de medio punto es uno de los elementos arquitectónicos y visuales característicos de las casas de la hidalguía rural. Normalmente, se localizaba en las fachadas principales (puertas o ventanas). Pero, en este caso, se optó por colocarlos en el acceso a la propiedad, porque era lo que se veía desde fuera, ya que la puerta principal quedaba oculta por el muro que rodeaba y cerraba todo el recinto. Al mismo tiempo, el considerable tamaño del arco de entrada es un claro elemento de ostentación. Quede claro que esta expresión debe entenderse siempre en el contexto de austeridad que caracteriza toda la arquitectura antigua sajambriega.  De hecho, este arco es el de mayor tamaño que se conserva y no me extrañaría que también lo hubiera sido en el momento de la construcción de esta casona señorial. 

Para la puerta principal de la vivienda se elige una solución adintelada, de buen tamaño y con molduras cultas en las esquinas, aunque nuevamente muy sencillas. Los otros elementos nobles, al exterior, son los sillares de las esquinas y ventanas superiores y, sobre todo, los vanos abocinados con derrame externo del piso bajo. Este tipo de ventana no tenía una función militar (la tendría si el derrame hubiera sido interno), sino que fue un recurso arquitectónico que se puso de moda en el siglo XVI como adorno de casas nobles y que servía para otorgar una apariencia de antigüedad a la construcción que, evidentemente, no era tal. Del mismo modo, en la misma época, algunos palacios y casonas norteñas construyeron torres que imitaban a las medievales y que no tenían ninguna función defensiva, sino simplemente de mera ostentación. 

En su interior, la casa palacio de los Piñán tiene otra serie de elementos característicos, en los que no me voy a detener, porque quiero centrarme únicamente en uno de ellos, que debió ser una verdadera novedad en el Sajambre de la época. Me refiero a la primera cocina de chimenea que se documenta en Sajambre. La Casa Piñán tuvo dos cocinas: una alta, de humo, y otra baja, de chimenea. La de chimenea se describe ya en el inventario de bienes del comisario Domingo Piñán de Cueto Luengo. 

En los siglos XVII y XVIII, la propiedad de los Piñán de Cueto Luengo en el barrio de Caldevilla de Oseja fue mayor que en la actualidad, pues llegaba hasta el camino real de arriba, es decir, hasta lo que hoy es la calle que va al barrio de Quintana.    

2. CASAS SOLARIEGAS 


CASA DE LOS DÍAZ/DÍEZ DE CALDEVILLA EN OSEJA

El elemento más representativo de la casa solariega es el blasón, situado en alguna de las fachadas principales. Sabemos que en Oseja existieron casas blasonadas, aunque no se conserva ninguna. La mejor documentada pertenecía la familia Díaz de Caldevilla y tenía dos elementos edilicios típicos de la casa hidalga: 1) el escudo de armas y 2) una torre o torreón, que destacaba visualmente en el entorno.  

El escudo era el de los Díaz y los Díez, pues en Sajambre estos patronímicos eran el mismo apellido, con un mismo origen genealógico, como se documenta claramente en boca de los propios sajambriegos en el año 1699 (5). El escudo estaba debajo de la torre y el conjunto se localizaba en el barrio de Las Cortes, de Oseja. No me extiendo porque ya hemos tratado esto en entradas anteriores. 

CASA DE LOS PIÑÁN DE CUETO LUENGO EN SOTO 

En el año 1595 la casa solariega de los Piñán se localizaba detrás de lo que es La Cortina, de la que eran propietarios en gran parte y con la que lindaban; y llegaba hasta el camino real que atravesaba el pueblo, a la altura de la iglesia, que sigue siendo el camino vecinal actual. Era una muy buena propiedad que, en 1636, poseía una gran corralada cercada, con dos casas, una huerta y tres hórreos en su interior, portaladas, varios aposentos en una de las viviendas y otras dependencias (6).  

No sabemos si esta casona tenía escudos heráldicos, pero lo que sí sabemos es que eran propietarios de una torre que, en el año 1636, estaba en ruinas. Al igual que en el caso de los Díaz o Díez de Caldevilla, la propiedad o construcción de casas solariegas junto a torres fue característico de las casonas señoriales de Asturias y Cantabria en el siglo XVI.

La propiedad de los Piñán de Cueto Luengo en Soto es la mejor de todas las que se documentan en dicho lugar durante la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII, y, como se observa, también poseía una gran corralada. En realidad, era la única que existía en Soto en dicha época.  

3. CASONAS 


CASA CANDAMO EN SOTO

Un ejemplo claro de casona rural sajambriega es la Casa Candamo de Soto, construida no antes de mediados del siglo XVII, que también poseyó arcos de medio punto, como todavía puede verse. Según el Catastro de 1752, la casa se componía de portal, bodega y tres caballerizas por lo bajo, cocina, una sala, cinco cuartos, dos corredores y pajar por lo alto, además de dos corrales junto a la casa. Así pues, una vez más, corral y arcos.

CASA PIÑÁN DE CUETO LUENGO EN LA PANDIELLA (OSEJA)

Por su parte, los hermanos Pedro y Matías Piñán de Cueto Luengo poseyeron una casa en el barrio de La Pandiella, que lindaba con la Cárcel, por lo que sabemos más o menos dónde estaba. Esta casa también tenía una corralada y, al menos, una puerta de arco por donde se sirve el establo de los susodichos, que era una puerta prinçipal que tiene dicha casa por donde se serbía dicho establo della (1658). De nuevo, corralada y arco.

CASA DE TORIBIO DÍEZ PRIETO EN RIBOTA DE ABAJO

Toribio Díez Prieto fue cura de Ribota y su anexo, Vierdes, hasta el año 1712, en que murió. Construyó una casona en La Vega del Soto, junto al río Seya, que dejó a sus sobrinos de Prioro, localidad de la que era natural, aunque fundó una capellanía, cuyos administradores fueron los miembros de su familia y los Gómez de Ribota.

Contó con una capilla privada bajo la advocación del santo de su nombre, como era habitual en estos casos. La capilla y el conjunto residencial estuvo cercado por un muro, donde también existía una corralada, en la que había una huerta y dos hórreos. No sabemos si tuvo arcos, aunque no nos extrañaría que así fuera, dadas las características señoriales del conjunto y la función visual de dichos elementos en la arquitectura de los más acomodados. 


CASA DE JUAN MANUEL DE POSADA ARNERO EN OSEJA

La actual casa rectoral de Oseja la construyó Juan Manuel de Posada Arnero, cura de Oseja y Soto, y en su testamento se la dejó a su sobrino, porque formaba parte de su patrimonio personal. El sobrino la vendió a principios del siglo XVIII.

Se construyó como una casona rural, podemos decir que al estilo de la tierra. La propiedad fue mayor que en la actualidad y el antojano cercado que hoy conserva no es más que una parte mínima de su antigua corralada, dentro de la cual estaba el hórreo. Esta casa, construida en la segunda mitad del siglo XVII, también conserva ventanas con arco de medio punto. 

4. PEQUEÑAS CASAS DE HIDALGOS


Además de esto, están las casas que no destacaban por su tamaño y que no poseían corralada, pero tenían algún arco de medio punto. 

Una es la conocida como Casa Amancia, en Oseja, con arco en la puerta principal, que tuvo otro en una ventana y que se levanta en el barrio más noble de la localidad. Otras dos se conservan en los barrios de La Pandiella y El Coto.






En estos últimos casos, las construcciones son muy sencillas, de pequeñas dimensiones y tan solo destacan del resto por los arcos de sus fachadas.

En Oseja y Soto también quedan restos de caserones en ruinas con arcos en puertas y ventanas que deben interpretarse en este contexto.

Un caso de Oseja todavía conservaba, al menos la última vez que yo lo vi, el arranque de un arco en lo que parecía una puerta. Me refiero a las ruinas que se hallan en el barrio de Quintana, junto a la ería de Palacio. No sé a quién pertenece ese caserón, pero la casa antigua de los Díaz-Caneja, también bastante bien documentada en testamentos e inventarios de bienes desde mediados del siglo XVII, lindaba con la ería del Palacio y el camino del Ribero.   

Tampoco sé a quién pertenece el caserón de Soto con un pequeño arco por ventana, que se ve en la fotografía inferior.



En cualquier caso, todas estas casas pertenecieron a labradores que, en algún momento, lograron una mejor posición económica, sin llegar nunca al nivel de los propietarios de palacios y casonas, y quisieron distinguirse  de sus vecinos mediante el uso de un elemento arquitectónico distintivo, como fue el arco, que situaban intencionadamente en lugares visibles de sus viviendas.

5. PARA FINALIZAR

 

 

El arco deja de utilizarse a partir de 1800 y las corraladas siguieron construyéndose, aunque fueron disminuyendo de tamaño y mudando su función, destinándose a guardar el carro y poco más.  Estos casos más recientes tienen ya muy poco que ver con las grandes corraladas de los siglos XVI y XVII.

En segundo lugar, como se ve, los palacios y casonas sajambriegas de los siglos XVI, XVII y XVIII solían tener un corral, que se designa en los documentos con el término asturleonés de corralada, siempre con el sentido de "corral grande" cerrado sobre sí. Es paradigmática la de los Piñán, de Caldevilla (Oseja), de forma cuadrada o rectangular. La corralada servía de cohesión para el conjunto de vivienda y los restantes anexos con función agropecuaria que existían dentro de dicho recinto cercado. En el interior de las corraladas se distribuían las viviendas principales, las viviendas secundarias, los hórreos (al menos uno), establos (a veces llamados caballerizas), hornos (bodegas), pajares (o tenadas) y, a veces, capillas.  Es decir, la corralada sajambriega cumplía la función que tenía el patio en las casonas señoriales de Asturias, Cantabria y  del resto de la provincia de León durante la Edad Moderna.  La corralada sajambriega es, por tanto, un espacio cerrado, generalmente cuadrado o rectangular, que se sitúa siempre delante de la vivienda principal y que en los siglos XVI, XVII y XVIII poseyeron muy pocas casas en el valle. Por ejemplo, los pueblos de Vierdes y Pio carecieron de este elemento constructivo durante todo este periodo.

El otro aspecto característico es el  arco de medio punto, que servía para establecer una distinción entre iguales en una sociedad en la que dominaba el estamento nobiliario. Esa diferencia venía dada por la hacienda o patrimonio acumulado, que parece ser directamente proporcional al tamaño de las casas y a la presencia de la corralada y del arco de medio punto.   Las casas más principales poseyeron ambos elementos. Y las más modestas entre las mejores se limitaron a la presencia de arcos en sus fachadas.

Otra casa hidalga que debió tener su origen en una casa fuerte bajomedieval (siglo XV) fue la llamada Casa del Conde, situada en el barrio de Las Cortes, en Oseja, que poseyó aspilleras con derrame interno y un arco de medio punto en una ventana de considerable tamaño para la localidad. Esta ventana fue uno de los muchos añadidos que sufrió dicho edificio y, en la parte más antigua del mismo, existió también una estrecha puerta de arco redondo, con dovelas pequeñas, más parecida (aunque no exactamente igual) a la de La Torre de Caldevilla, que tampoco llegó intacta al siglo XX, pero que poseyó una indiscutible fábrica bajomedieval.   

Por último, otro elemento arquitectónico, ahora  en el interior de las viviendas, que también marcaba distinción con las casas tradicionales de la mayoría de la población, es lo que en los documentos se define como ventanas de asiento. Es decir, poyos de piedra pegados a los vanos, que servían para sentarse a contemplar el exterior. Estas ventanas tampoco tuvieron ninguna función militar, sino que pertenecieron a una clase social que podía disfrutar de momentos de ocio y que, en el medio rural, fueron utilizadas por hidalgos acomodados a partir del siglo XVI. 

La Casa Piñán conserva ventanas de asiento, que se describen en los documentos antiguos. Llegué a oír que la Casa Amancia, de Oseja, también tenía una ventana de este tipo. Y en las fuentes aparece un caso en el testamento de Cristóbal González, vecino de Oseja y marido de María Alonso, natural de Caldevilla de Valdeón. En él deja a sus nietos la cocina con su sala de la mi casa nueba, con sus altos y bajos, entradas y salidas, y ventana de asiento que tiene (1695). Esos nietos se llamaban Francisco y Tomás Alonso, hijos de Tomás Alonso y de Juliana González.  
--------------------

NOTAS
(1) Elena E. Rodríguez Díaz, Notas y cuadernos de notas de los Piñán, escribanos públicos de Sayambre (1659-1721), ed. Academia de la Llingua Asturiana – Universidad de Oviedo, 2015, p.11.
(2) Ibídem, p.9, nota 7.
(3) Toda esta información y la que menciono a continuación sobre la Casa Piñán está publicada con mayor detalle en el libro citado anteriormente, ibídem, pp.7-18.
(4) Xosé Lluis García Arias, Diccionario general de la lengua asturiana, voz cuéranu, on line: http://mas.lne.es/diccionario/palabra/15386
(5) Elena E. Rodríguez Díaz, “El proceso de imposición de modelos lingüísticos en la Edad Moderna: el caso del patronímico Díaz/Díez en Sayambre”, Lletres asturianes. Boletín de l’Academia de la Llingua Asturiana, 113, 2015, pp.45-63:
(6) Esta información también puede leerse con más detalle en la obra citada en la nota 1.  

EL APELLIDO PIÑÁN EN EL SIGLO XIII

 martes, 18 de noviembre de 2014

EL APELLIDO PIÑÁN EN EL SIGLO XIII


Recientemente, he localizado 5 testimonios documentales, que son los más antiguos hasta el momento, del apellido Piñán.  Se hallan en documentos fechados en los años 1236, 1239 (2 casos), 1245 y 1248. Proceden de los fondos del monasterio de San Vicente de Oviedo.   
                                                                                                                                                                                                                                                                                                            
1236, abril, 4. Oviedo.
María Pétriz y su familia venden a Sancho Fernándiz y su mujer la mitad de la casa que fue de sus padres, situada enfrente del camino que va al Pontón de Mercado, en la ciudad de Oviedo (1).

Al delimitar la propiedad, vemos que ésta se localizaba “inter casas de monasterio Sancti Vincencio et inter casa de Pinnan”, claramente Piñán. 


1239, noviembre, 1. Oviedo.
Sancho Fernándiz y su mujer venden a Pedro Rubio el quiñón de una casa que estaba en la calle de La Noceda, en la ciudad de Oviedo (2).

Entre los testigos de esta venta se encuentra Dominico Pinnan, es decir, Domingo Piñán.


1239, noviembre, 1. Oviedo.
Dominga, hija de Pedro Lorénciz, vende a Pedro Rubio y a su mujer la parte de una casa que perteneció a sus padres en La Noceda (3).

Entre los testigos aparece un Iohannes Pinnan, o sea, un Juan Piñán. 


1245, noviembre, 30. Oviedo.
Los hermanos Miguel y Menén Fernándiz de Rañeces retiran una demanda que habían puesto contra el monasterio de San Vicente de Oviedo por una propiedad en Las Regueras (4).

Entre quienes confirman el hecho se encuentra Iohannes Pinnan (Juan Piñán). 


1248, marzo, 21. Oviedo.

Benita, viuda de Ioanini, su hija y sus nietos pactan con sus parientes para que lleven lo que habían heredado en Olivares (Oviedo), que era un aforamiento de San Vicente, a cambio de quedar con la mitad de la fruta que se recogiera (5).

Entre los testigos aparece Domingo Yannes Pinán, es decir, Domingo Yañez Piñán. 


*


Todas estas grafías antiguas (PinnanPinan) se registran también en los documentos sajambriegos desde 1526 para referirse a los Piñán de Cueto Luengo.

Y aunque Juan y Domingo fueron nombres muy frecuentes, tanto en la Edad Media como en la Edad Moderna, estos casos asturianos son los testimonios más antiguos de dos de las designaciones que llevaron varios miembros de la familia Piñán de Cueto Luengo en los siglos XVI y XVII, entre ellos el propio comisario de la Inquisición y cura de Oseja y Soto, Don Domingo Piñán. 


-----------------------------
NOTAS
(1)   Celia Álvarez Arias y Miguel Metzeltin, Documentos orixinales del monasteriu de San Vicente d’Uviéu, t. I (1231-1238), Uviéu, 2008, n.75.
(2)  Andrea M. Miranda Duque y Celia Álvarez Arias, Documentos orixinales del monasteriu de San Vicente d’Uviéu, t. II (1239-1250), Uviéu, 2008, n.112.
(3)  Ibídem, n.113.
(4)  Ibídem, n.247.
(5)  Ibídem, n.301.

Fallecimiento de Anastasia Rojo Fernández . 28/03/2024

  Mi segunda familia: Lola y Taxi de jóvenes. Buenísimas las dos.