viernes, 2 de diciembre de 2011

Mamá y Amelia de montañeras

Amelia era la mujer de Luis de Felipe, que acabó viviendo en Tenerife como yo y nadando a diario hasta bien entrados los 80. Es de las pocas fotografías en las que he visto a mamá con un pantalón. Parece que lo intentó, me refiero a compartir las aficciones de su marido, ella que tanto odiaba el campo. En esta foto, me parece que hasta nos parecemos a ella Elen y yo, que nunca nos parecimos.

Mamá en una carnaval

Supongo que sería una mujer su compañera, sobre todo por la sonrisa de complicidad. ¿Sería Elvirita? A ver si lo averiguo.

Gemes estudiosas

Nos ponían a todas enfrente del panel pintado con los rudimentos de todas las ciencias y al lado el niño Jesús enorme, que quizá nos haya ayudado a las dos. Siempre he pensado que ya se distinguía el carácter de cada una viendo estas fotos: Elena, a la izquierda, más libre, salvaje y lanzada. A mí me veo más contenida, como peleando por saber lo que era bueno y malo. Y así sigo.

Torre de la iglesia vieja de Quintana de Rueda (León)

Qué lástima las decisiones de derribo de algunos próceres que nos roban la historia. Véase esta iglesia que se tiró igual que el ayuntamiento de Guardo, que mandó tirar un alcalde llamado Carlos Rojo y que era una torre con reloj recubierta de piedras de río.
A ver si encuentro una imagen y la subo.
Vaya, conseguí sacarla de un pps.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Tratado del Perfecto Privado. Ed. de Quirino Fernández Fernández OSA

Hablando con Alfredo, periodista de Guardo, me acaba de comentar lo apreciados que fueron los estudios de tío Quirino sobre la casa de Austria. Le pido que me mande los enlaces y me dice que es fácil de encontrar buscando su nombre y apellidos. Vuelvo a buscar y me aparece ésto sobre el "Tratado del Perfecto Privado": "Años más tarde, Quirino Fernández editó dicho tratado según el manusrito 18335 de la Biblioteca Nacional en Archivo Agustiniano,60 (1976) 232, 265. Tratado del Perfecto Privado,

jueves, 3 de noviembre de 2011

Corcos (León), pueblo de la infancia

Madoz lo denomina Coorcos -y- en la época de redacción de su diccionario Histórico (1845-1850), nos lo sitúa como perteneciente al Ayuntamiento de Almanza.

Su nombre, documentado por primera vez en 1056 como Coforcos, tiene relación con el latín “Quercus” encina roble, -y- Corcos está rodeado de montes con abundancia de estos árboles, también podría significar cruce de caminos, encrucijada, etc.

Su IGLESIA está consagrada a la Asunción con una imagen BARROCA de su patrona en el interior.

Llama la atención en su interior una piedra de mármol con relieves, que bien pudiera haber pertenecido al dintel de alguna portada por la concha en forma de hornacina.

La fiesta es el Corpus Cristi.

Es un pueblecito en el que ya no viven en invierno más de dos familias, rodeado de montes de roble (quercus petraea y robur), de donde le viene el nombre y bastante aislado en el mapa. Se trata del Corcos de León, perteneciente al municipio de Cebanico, del que no encontrareis en internet más que lo que voy a publicar (supongo que por eso lo hago, para que no siga siendo un pueblo olvidado del todo)

Ver mapa más grande
Todavía no se ha realizado la concentración parcelaria y las divisiones de las fincas son infinitesimales.
Al norte del pueblo, si pinchais en las flechas de panorámica de arriba vereis los montes que lo rodean, que son fundamentalmente pinares de repoblación ahora y robledales. Parece estar incrustado en una hoya y completamente aislado de otros pueblos en varios kilómetros a la redonda.
Al llegar nos encontramos con el Valle Grande, ahora todo roturado por una sola familia, aunque pertenece a muchos propietarios, entre ellos a los herederos de mi abuela.
Aquí ya se ve el núcleo del pueblecito, algunos árboles y la montaña al fondo.
Y por fin aquí el cartel indicador, ruinoso y oscurecido, como si el tiempo no quisiera renovarse en este rincón perdido de la mano de Dios.
Y éste es el llamado Valle de Enmedio, a la derecha del cartel del pueblo.
Valle Grande desde el centro de Corcos.
Detalle de las vallas de separación de lindes, hechas de manera muy tosca con palos de los montes de al lado y cuatro hileras de alambre de espino. Muy bonita la integración en el paisaje para mi gusto.
En el pueblo hay una mezcla de casas de adobe, ladrillo y algunas remozadas. Incluso se dan los tres tipos de materiales en el mismo edificio, más sillería de piedra, como en el caso de la torre de la iglesia.
Vista de la iglesia por delante, con todos los añadidos o apaños que se han ido realizando con el tiempo y los dineros disponibles. Enternecedora.
Vista de la iglesia por detrás desde la huerta de abuelita (Eulalia Fernández Oveja) que es el terreno que está pegado a ella y antes de que hicieran el "pilón" siempre estaba inundado. Lo que no se ve, no se arregla o se deja para mejor ocasión, como hago yo cuando tengo prisa. ¡Del pueblo tenía que proceder! ja, ja, ja. Aunque debo decir que para mi gusto, mejor la habían dejado entera así de adobe.
Detalle de la parte trasera de adobe y escalera de subida al campanario
Huerta de abuelita (hay otras 16 hectáreas más ahora en cierto grado de usucapion.
Tati y Elena sentadas delante de la huerta en una banquito un tanto rústico
Aquí unas fotos turísticas en el banquito de la iglesia de las "embelgas", como nos llamaban en estos pueblos de León a las gemelas (Elena y Ana Fdez Presa)
y Tati (Anastasia Rojo Fernández, que fue enfermera de mi padre durante 44 años) y yo posando en el mismo banco.
Aunque hay viviendas más modernizadas y cuidadas, vamos a ver ahora las casas de adobe tradicionales que todavía hemos encontrado en pie, como ésta, con un curioso tejado a dos aguas con la cumbrera matada y aplanada (no sé si tendrá algún nombre), con un bonito muro de adobe y remate de muro. Sobre todo por dejar una huella de la arquitectura tradicional de la zona.
Aquí, la misma casa, desde otra perspectiva.
Detalle de terminación del muro con palos y barro
Dos casas adosadas con el tejado a dos aguas, que tienen aspecto de haber sido cuadras por la escasa presencia de ventanas ni huecos de ningún tipo.
Otra vivienda cerca de la iglesia taponada y con el muro cerrado con teja y no con brezo y palos como el otro más antiguo que vimos arriba
É
Ésta casa está mirando al Valle de Enmedio y aparece cortada, como si hubieran demolido la cuadra anexa.
Casona, que como muchas, tiene los ventanucos taponados con adobes para evitar su destrucción completa, imagino.
Una hilera de casas que se conserva bastante bien, aunque la última, parece que la hubieran recubierto de ladrillo, como suelen hacer ahora en vez de derrumbarlas como hace 20 años. Les suelen poner una capa de ladrillo por dentro y otra por fuera, dejando el adobe dentro como si fuera una cámara aislante. Las temperaturas que se consiguen en invierno y verano son fantásticas.
Puerta del pajar y carpintería desvencijada de la misma hilera.
Detalle de las piedras de forjado en la base del muro.
Puerta del pajar
y ventanita del pajar
Bonito detalle: los adobes guardados y apilados contra el muro de esta casita.
De repente y muy cerca de la iglesia nos encontramos la bolera, o más bien los restos de una bolera muy humilde, único entretenimiento de éstos pueblos agrícolas leoneses aparte de los famosos corros de lucha leonesa o "luche". Tan humilde que apenas consiste en un pedazo redondeado de tierra apisonada con una delimitación de maderos con forma semi octogonal en el cierre del fondo. "La Conce" y "la Nunci" posando frente a la bolera.
Vista de la calle principal, que en mi infancia era de barro y ahora se encuentra pavimentada de cemento.
Y este es el camino que sale del final del pueblo. Supongo que irá al Valle de las Casas, pero tengo que informarme porque nunca lo he recorrido.
Otra vista del paisaje y las tierras de labor desde el final del pueblo
Y unas risas con un cartel que encontramos en el suelo al lado de la iglesia.
Yo me he puesto en sepia para hacer juego con el color de los tiempos.